Unos dicen que sí, otros que no. Probablemente se estrecharon la mano no una sino dos veces. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se veían por primera vez las caras después de que el rey Felipe VI propusiera al Secretario General de PSOE como candidato. Todos los medios estaban pendientes de cómo se iban a comportar. Ellos y sus asesores sabían que cada detalle se miraría con lupa. Porque todo comunica, incluso los silencios. Incluso comunica cuando te abrochas un botón en vez de recoger una mano que se te ofrece, bien es cierto, no muy convencida.

En una situación como esta la verdad es que da igual si se saludaron o no en privado, lo único relevante es la representación pública del encuentro. Todo lo demás, lo que no se comunica, no existe. Así que dejemos de marear. Ha sido un error señor Presidente, el botón no era lo importante, lo relevante era estar a la altura.