Backup Image

El País y la irremediable transformación digital

Ayer conocimos la carta que el director de El País, Antonio Caño, enviaba a sus compañeros explicando la transformación total de su redacción a una redacción digital. El tiempo del papel, reconoce, está contado y la culpa de ello, dice, es de internet. Por fin, y no sin dolor, el diario del grupo PRISA reconoce lo inevitable.

Recuerdo como si fuera ayer una conversación que sostuve hace 10 años con un buen amigo y redactor de El País refractario a los diarios digitales y luego a las redes sociales. Ya entonces le decía que el papel estaba tocado de muerte y que debía hacerse a la idea. La negación era total. Hoy, a regañadientes, tiene cuenta en Twitter y Facebook pero aún su corazón está por volverse digital

A él, y otros muchos compañeros que no han comprendido lo trascendente del cambio, les deseo la mejor travesía hacia el futuro. Espero que no miren hacia atrás ni para tomar impulso, no sea que acaben transformados en estatuas de sal.

Es evidente que nadie sabe aún cuál será el futuro del modelo de negocio periodístico, pero el problema no es internet, de hecho tiene que ser la solución. Y debe pasar por llegar directamente a todos y cada uno de sus usuarios con nombres y apellidos. Debemos comprender qué comunidades habitan los diferentes territorios e ir a su conquista con información especializada y de calidad, que aporte valor de verdad. Hoy por hoy hay que ser conscientes de que las nuevas generaciones no están dispuestas a pagar por lo que siempre han obtenido gratis. Cualquiera que como yo tenga hijos adolescentes sabe de qué hablo.

Ellos se comunican en un proceso continuo que es multi red y multi plataforma. La conversación no tiene fin y en medio de ella consumen la información que necesitan o se relacionan con las marcas. Cerrar los ojos a esta realidad no tiene sentido y más en un momento en el que todo está de nuevo a punto de cambiar. Por fin la realidad virtual está ya aquí a un precio asequible y con unos estándares de calidad sin precedentes. La forma de contar las historias, también las periodísticas, va a cambiar. El esquema tradicional del relato va a mutar. Él Story telling va a ser 360 y vamos a interactuar con el mismo como si de un vídeo juego se tratara.

Todo va a cambiar de nuevo, mientras algunos periodistas aún se resisten a comprender que queda adaptarse o jubilarse.