Backup Image

La spiricrisis de Spiriman. Activismo en red

Jesús Candel o lo que es lo mismo una especie de Clark Kent de la sanidad andaluza tiene contra las cuerdas a la Junta de Andalucía. Y no sólo porque se haya convertido en Granada en una suerte de super héroe capaz de sacar a la calle a cerca de 60.000 u 80.000 vecinos de una ciudad de apenas 250.000 habitantes. Lo más delicado de todo esto es que amenaza con extender una nueva marea blanca, carente de cabeza política o asociativa que la lidere. Aparentemente Spiriman ha comprendido, de manera intuitiva, las claves del contagio en red. Porque es precisamente este canal, las redes sociales (Facebook y Twitter), donde ha germinado una crisis en toda regla para el gobierno de Andalucía. Pero vayamos por partes.

Spiriman

Fte: @Spiriman

La protesta surge en el contexto de una ciudad  defraudada por el incumplimiento de sacar adelante un Parque Tecnológico de la Salud. La crisis se llevó por delante esta promesa, como tantas otras. El proyecto contemplaba un segundo hospital para Granada. Sin embargo, la idea original mutó por el camino y los granadinos se encontraron con dos hospitales fusionados que se reparten las especialidades. Como es de suponer, los ciudadanos no se lo han tomado bien y este hecho, unido a las listas de espera y a que, probablemente, pudieron explicarse mejor las ventajas de la fusión, ha sido el germen de la revuelta. Pero para que esta exista debe haber siempre una causa común. De hecho, el activismo requiere de ella para poder lograr la movilización.

Spimiman un liderazgo diferencial

Evidentemente no estamos ante el primer caso de una eficaz movilización ciudadana a través de las redes sociales. El 15M y las mareas son claro ejemplo de la eficacia del manejo de la conversación en red. Se trata, al fin y al cabo, de catalizar el descontento ciudadanos a través de canales de conversación horizontales que pivotan sobre nodos de influencia de gran número de conexiones (alta capilaridad por tanto). Pero hasta ahora, aunque siempre ha sido relevante el papel de los líderes de los movimientos sociales o políticos en red, se ha contado con una estructura organizada capaz de articular el envío de los mensajes a través de un liderazgo, más o menos distribuido, desde una organización u organizaciones coordinadas.

La diferencia en este caso es que dentro del territorio de la salud se ha creado una comunidad de interés con una causa común (el no a la fusión hospitalaria) que tiene un único e indiscutible líder sobre el que todos los demás pivotan, pujando por su control: PP, Podemos, Ciudadanos, sindicatos, asociaciones,… Pero Spiriman, al menos hasta el momento, está logrando mantener la independencia hablándole a la gente con el lenguaje de la gente y distanciándose de todos los actores políticos. Una suerte de bata blanca; un profesional de la sanidad con un contrato precario, que aprovecha ser conocido previamente por los granadinos y los medios locales. No he comentado que Spiriman es un  personaje que Jesús Candel creó en su vocación social de ayudar a los menores desfavorecidos de Granada. De hecho,  numerosos menores desfavorecidos practican el Spiribol, un deporte inventado por el abuelo de Jesús, y que no es otra cosa que una pelota atada a un palo que debe ser golpeada con dos palas.

Infravalorar los riesgos de la red

El fenómeno al que asistimos no es por tanto del todo nuevo. Una vez más, la administración y la política vuelven a mostrar su desconocimiento de las bases de la comunicación digital. Todavía continúan creyendo que sólo es preciso el relacionamiento con los agentes sociales y los medios de comunicación para controlar el proceso informativo. Pasó con el 15M, ocurrió con las mareas y también con el surgimiento de Podemos. Se ve que mucho no han aprendido. No  han visto venir lo que estaba pasando en la red y no han comprendido que las redes sociales, y su alta capacidad de contagio, pueden generar una masa enorme de conversación y de acción social que traspase los muros de los virtual. Al final una tendencia de conversación y acción que  salte a la agenda de los medios, habidos de informaciones frescas y diferentes. Y ésta en concreto reúne todos los ingredientes para ser tendencia durante una temporada. Cabe ahora la posibilidad de que el modelo se extienda fuera de Granada y sirva de ejemplo para generar otro tipo de activismo con líderes independientes que nazcan del seno de las comunidades de interés.

Cocentración Granada

Vídeo concentración Granada. Fte: FB Spiriman

Cómo hacer frente a este nuevo modelo de activismo

Ante nuevos retos no podemos enfrentar viejas recetas de gestión de crisis. No puede gestionarse la influencia en red, e intentar su control, organizando reuniones con colegios profesionales, asociaciones y sindicatos. O al menos, no podemos hacer sólo eso. Las crisis deben controlarse en el mismo canal en el que se originan, para lo cual debe analizarse en profundidad el proceso de distribución informativa, mapear la comunidad de interés (más allá en este caso de Spiriman), y diseñar muy bien los mensajes para que se se adapten como un guante, en fondo y forma, al tono de la conversación. Si ante el activismo en red, no colocamos la explicación, la transparencia y los valores, también en red, el modelo de Spiriman reproducirá el éxito una y otra vez.