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London Bridge. Cómo ponerle coto al pánico en la red

Asisto preocupado a la escalada del miedo que están generando los últimos atentados terroristas low cost en la UE. Lo de la pasada noche ha sido un paso más en la consolidación de un relato del terror perfectamente diseñado por el Daesh al que, creo, estamos contribuyendo sin que vayamos al fondo de la cuestión.

Situémonos. Ayer a las 22h (hora de Londres) una furgoneta arrolla a varias personas en London Bridge, siguiendo lo publicado por la Metropolitan Police tres personas salen huyendo y en su carrera apuñalan a varias personas. El resultado, hasta el momento, 7 ciudadanos muertos, cerca de 40 heridos y los tres supuestos terroristas abatidos en menos de 8 minutos. Es decir, a las 22.10h, según estos datos, los terroristas estaban neutralizados, aunque es lógico entender que hasta varias horas después no se diera la situación por controlada.

Ahora bien, este relato de lo ocurrido no se fija por la policía hasta casi 6 horas después como se puede ver en el time line de @metropoliceuk y @Ldn_Ambulance. Es cierto que la policía londinense confirma pronto el “incidente” y suministra con cuentagotas información sobre los hechos hasta que no tiene la situación muy controlada. Siempre ha actuado con esa cautela.

Entre tanto, los objetivos comunicacionales del Daesh se van a ir cumpliendo paso por paso.

Son las 22h (GMT) en el centro de Londres de un sábado de primavera con las calles y los pubs llenos de jóvenes. Antes de que la policía comience a informar de lo que ocurre decenas de personas lo están haciendo en directo a través de sus móviles. Ayer vimos retransmisiones en streaming con Periscope, Facebook Live, fotos, vídeos. Fue, una vez más, el real time del terror. Una superproducción del terror en la que las propias víctimas contribuyen produciendo los contenidos y llenando el vacío informativo. No olvidemos que, en situaciones como estas, el 80% de la información la obtenemos vía internet. Si en ese momento las autoridades no hablan porque, supuestamente, perjudica a las operaciones policiales es evidente  que ese vacío informativo se va a llenar de información bruta desordenada, descontextualizada y trufada además de múltiples Fakes. Y eso que los medios poco a poco van haciendo un esfuerzo por contrastar mejor la información que les llega de internet. Sin embargo, el camino que queda para aprender a verificar noticias es aún largo. Menos mal que tenemos a los VOST ahí de momento.

Llegados a este punto me pregunto si en España nos estamos tomando en serio el problema. Es cierto que en una situación aún peor (el 11M) fuimos capaces de manejarlo con 4 escenarios simultáneos, 192 muertos y 1.800 heridos. Pero no había redes sociales ¿Qué haríamos ahora? Seguro que la coordinación entre servicios de seguridad y emergencias con los VOST ayudaría, pero creo que es insuficiente.

Necesitamos ir más lejos. Creo que se debería apostar por la creación de un departamento destinado a diseñar las políticas estratégicas preventivas y de gestión de la comunicación. Un organismo que, en mi opinión, debería estar conformado por profesionales de la comunicación de seguridad y emergencias, psicólogos de emergencias, especialistas en estrategia, especialistas en comunicación de crisis, especialistas en gestión de la comunicación en redes sociales y voluntarios digitales en emergencias. En el Centro de Emergencias de Bruselas cuentan con algo parecido pero más limitado.

La situación es grave y va a empeorar. No se puede tardar casi 6 horas en dar información contrastada. Hay que diseñar no sólo procedimientos estratégicos. Se deben definir claramente los canales y también las herramientas a usar. Hay que implicar a diferentes áreas de la administración e incluso a los grandes players de la información como Twitter y Facebook. Luchar contra el pánico en la población va a ser esencial y esto no se hace en silencio. Como dice Herb Schmertz, «el silencio no es rentable». Yo añadiría que el silencio y la desinformación  puede costar vidas. Igual que el exceso de información. Necesitamos definir urgentemente como gestionar este nuevo escenario del terror digital. Afortunadamente en España contamos con un histórico importante y con grandes profesionales en la materia.

Pongámonos a trabajar ya.