Y sino que se lo pregunten a Sylvan Gavroche, un actor porno de 25 años, que hace unos días invitó a Andrea Levy  (PP) a participar con él, a través de Twitter, en una escena de sexo explícito que había protagonizado en el vídeoclip de la canción Ritmo en la Sangre del grupo Novedades Carminha, un sencillo que ha adquirido bastante notoriedad. Resulta que Levy había compartido un enlace al vídeo en su cuenta de Twitter.

A Gavroche no se le ocurrió mejor idea que, probablemente sin intención de ofenderla, invitarla a participar en la escena. Lo que no se podía imaginar el actor es la de críticas que minutos después iba a recibir en su cuenta tachándole de machista. Algo que, sin duda no le gustaría a nadie, pero que en su caso supone romper con su discurso a favor del sexo ético y feminista que abanderan pornostars  españolas tan reconocidas a nivel internacional como Amarna Miller.

Sin embargo, y he aquí lo reseñable, la reacción de Sylvan Gavroche a una crisis de reputación que él mismo había generado al no pararse a pensar en las consecuencias de su publicación demuestra que el joven también está dotado de un gran sentido común para recuperar su propia reputación y salir fortalecido.

En primer término fue inmediatamente consciente de que, como él dice, “la había cagado” al mostrar en su tweet una actitud machista que cosificaba a Levy.

Podía haberse enrocado en poner de manifiesto las numerosas ocasiones en que había defendido un porno ético y feminista alejado de actitudes machistas y falo centristas, pero se dio cuenta de que esta línea argumental no iba a ser creíble ni ética. Simplemente la había fastidiado a ojos de todos y la solución tampoco podía pasar por borrar el tweet. De nada habría servido y el Efecto Streisand hubiera agrandado la polémica, como todos sabemos. Así las cosas, sólo le quedaba una alternativa lógica. Pidió disculpas de la misma forma y en el mismo canal donde había metido la pata.

Sólo echo en falta aquí la mención directa al usuario de Levy para que, directamente, la excusa le llegara a ella. Pero bueno, no se puede ser perfecto. En cualquier caso, Gavroche fue consciente de que cuando se genera un daño a un tercero no queda más remedio que pedir disculpas y restaurar el daño causado. Y esto último lo ha hecho haciendo públicamente acto de contrición y reiterando su apoyo a un discurso alejado de su propio tweet. Su actitud le honra y establece los cimientos de una recuperación en su reputación que, sin duda, en breve habrá quedado fortalecida.

Ya sólo queda que Levy haga un gesto de absolución que, además, tampoco le vendrá mal a ella para aumentar aún más su buena imagen pública. Aunque igual ya es un poco tarde ¿No te parece?