Dani Mateo. La autolesión reputacional 2.0 y cómo restañar la herida
En los últimos días asistimos en Twitter al enésimo caso de autolesión reputacional. Dani Mateo acostumbrado a lanzar su ácida lengua a diestro y siniestro cuajada de humor y fina ironía, se ha hecho el Harakiri reputacional a golpe de cuatro certeros tuits. Quizá cegado, quién sabe, por las viejas prácticas de patio de instituto donde todo valía para ser gracioso, ha olvidado las reglas básicas de la era post Gutenberg. Cuando uno tiene más de un millón de seguidores y es una celebritie con más de un millón de followers debe estimar milimétricamente en la red las consecuencias de cada comentario. De no ser así, se puede asistir a la retransmisión masiva del intento de suicidio reputacional de una estrella. Aunque quizá en este caso una rectificación apoyada en una poderosa palanca femenina le salve de la quema. Analicemos lo ocurrido.
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