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GermanWings. Transparencia y humanidad del fiscal Robin

La actuación estelar del fiscal Robin amenaza con desmontar todo el entramado de lo que en España consideramos como actuación correcta y modélica de nuestros sistema procesal. En este mundo globalizado, la tragedia de GermanWings propicia, el debate de si la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que data de 1882, está a la altura de los tiempos que nos ha tocado vivir. A todos nos ha sorprendido el ejercicio de transparencia realizado por el fiscal Robin. A mi el primero. Igual deberíamos cambiar de visión.

Hasta la fecha los que gestionamos la comunicación de crisis recomendábamos máxima transparencia pero, al inicio de casos como éste, insistíamos en el argumento de la prudencia para no entorpecer las investigaciones.

Nuestra legislación que consagra el secreto sumarial en la fase de instrucción ha venido propiciando que desde el poder judicial se haya sido muy restrictivo con la difusión de información a los medios informativos en esta fase procesal. Esta situación es caldo de cultivo propicio para la rumorología y la filtración interesada de parte.

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FTE: www.laprovence.com

 

Todos hemos asistido al espectáculo mediático de filtraciones de sumarios en los casos más destacados de este país. En muchas ocasiones parciales y en la mayoría especialmente dañinos para las investigaciones. La solución que se ha planteado ha ido, en las mayoría de los casos, por perseguir las filtraciones y modificar la legislación para cercenar aún más el derecho a la información. Pero resulta que ahora nos damos cuenta que, allende los Pirineos, las cosas no son necesariamente así. La tragedia del vuelo 4U 9525 nos ha revelado que la transparencia que propugnamos los gestores de la comunicación de crisis se puede extender al mundo procesal.

Códigos procesales contrapuestos

Y es que, como señalaba ayer El País,  el Código Procesal Francés faculta al fiscal a comunicar los detalles que crea pertinentes de la investigación. Una norma que vela por las víctimas al tiempo que garantiza la instrucción más adecuada. Y eso es lo que hizo Brice Robin (seguramente forzado por la revelación del New York Times horas antes). El fiscal se reunió previamente con los familiares para explicarles qué decía la caja negra encontrada y cuál era su interpretación. Algo inaudito en nuestro sistema.

Pero si esto no fuera suficiente, además nos enteremos que los fiscales franceses reciben formación en técnicas de comunicación para poder ofrecer una rueda de prensa. Igualito que aquí ¡Vamos!.

Así las cosas, convendría plantearse el debate de si no sería preciso empezar a cambiar la manera de hacer las cosas en la esfera procesal. No parece lógico seguir aplicando la visión del legislador del XIX al mundo del siglo XXI donde la información se distribuye de forma sincrónica. La era digital lo envuelve todo. El proceso de infoxicación informativa es global y afecta a todas las esferas. Conlleva, sin el lógico filtrado, muchísimo ruido (especialmente doloroso para los familiares de las víctimas) y no pocos bulos y rumores. Y ya sabemos que la única receta válida para su neutralización es la información veraz, contrastada y ágil. Qué mejor fuente que la judicial para cortar esos rumores de raíz.

Alguno me llamará afrancesado ¡Qué le vamos a hacer! Yo prefiero considerarme transparente y humano.

 

Y tú ¿Cómo lo ves?