La Canonja. Cómo manejar el Normal Chaos

Ha pasado demasiado poco tiempo para aportar certerzas. Sólo sabemos un puñado de hechos ciertos y contrastados: una gran explosión en una importante industria en el polo químico más importante de Cataluña y de España. En el momento de escribir este post, 3 personas fallecidas y varios heridos (algunos graves). Un plan de emergencia activado en un nivel 2 al no registrarse una nube tóxica y una pieza metálica de una tonelada que voló a casi 3 kms de distancia provocando la muerte de un vecino. Pero frente a esos hechos, una emergencia que ha sorprendido a todos y que, sin embargo, entra dentro de lo plausible. Los planes de emergencia deberían predecir (seguro que lo han hecho) el riesgo ahora convertido en grave desgracia.

Sin embargo, es del todo punto imposible (al menos hoy en día) contar con el algoritmo que hubiera previsto que esa pieza metálica haya impactado justo en el lugar que lo hizo. Es, como diría el profesor Marynissen, el caos, el normal caos de crisis y emergencias. De hecho, nadie puede descartar, por ejemplo, que la pieza hubiera impactado, por ejemplo, en otro punto del polígono provocando una emergencia aún mayor. Hasta aquí lo impredecible.

Todo lo demás debería entrar en los márgenes de lo que un gestor de emergencia debe ser capaz de manejar para ordenar el caos lo antes posible. Porque, al fin y a la postre, de esto va la gestión de emergencias y de crisis, de ordenar el caos.

Por lo tanto, deberíamos ser capaces de anticipar una parte importante de los escenarios de riesgos y sus factores agravantes. Deberíamos poder contar con ágiles procedimientos de respuesta operativa y comunicacional. Hago aquí un inciso para reconocer que tanto los servicios de emergencia de la Generalitat como la AEQT (Asociación de la Industria Química de Tarragona) y buena parte de las industrias en su seno, llevan años preocipándose y ocupándose de todo esto.

Sin embargo, deberíamos ser conscientes de la quiebra de confianza que se ha producido entre los vecinos del entorno. Recuperarla es capital ahora para todos. Hacerlo pasa por poner en el centro de todo a los trabajadores del polígono y a los vecinos haciendo un ejercicio de máxima transparencia. Es preciso dotarse de procedimientos y herramientas comunicacionales que, en tiempo real, entreguen certezas a todos. Esto no va de decir que se hizo lo que se tenía que hacer. Va de mostrar y demostrar a los vecinos que la próxima vez seremos más rápidos y eficaces ordenando el caos.