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Semillando prevención. La frustración de un gestor de Crisis

Frustración. Es lo que siente un gestor de crisis cuando intenta semillar prevención en el ecosistema de muchas compañías españolas. Sin ir más lejos ayer mismo. Acudí a primera hora de la mañana a sentarme con los responsables de Comunicación y Recursos Humanos de una empresa muy conocida líder en su sector de actividad. Hace un mes y medio me llamaron agobiados porque les habían hackeado sus servidores. Un Ransonware les había cifrado los mismos y los malos les pedían un rescate en Bitcoins. Afortunadamente IT pudo restaurar todo en 24 horas y el ataque no trascendió. No obstante, preparamos toda la comunicación externa e interna por si hubiera sido necesario reaccionar. Sobre todo si los ciberdelincuentes les hubieran mandado pruebas de que se habían hecho con datos personales de sus clientes.

Estuvimos con ellos varios días y, pese a la profesionalidad del equipo directivo, pudimos comprobar que en materia de prevención y gestión de riesgos lo tenían todo por hacer. Quedamos en hablar cuando todo se tranquilizase para poder ayudarles a fortalecerse ante situaciones como estas ayudándoles a reducir la probabilidad de que futuros riesgos acaben convirtiéndose en crisis. Queríamos ayudarles a generar una estructura de gestión, y unos procedimientos operativos, que les sirvan para reaccionar con la agilidad que requiere un escenario de riesgo digitalizado donde las crisis se retransmiten en real time.

Pero claro, inocente de mi. Un mes y medio después, cuando el ataque afortunadamente no había generado daño reputacional y en el negocio, aquella semilla de la prevención no había prendido. El interés inicial y la preocupación se había transformado en todo tipo de excusas: no hay presupuesto; tenemos otras prioridades en comunicación; es muy difícil que nosotros tengamos una crisis; no os preocupéis que si nos pasa algo os llamaremos enseguida.

En fin. Lo de siempre. En este país sólo invierten en prevención las empresas reguladas, las que son infraestructuras críticas y aquellas que han tenido una grave crisis reputacional. El resto viven confiadas en la auto complacencia de que lo tienen todo controlado y que eso de las crisis sólo les pasa a los demás. Lo mismo que durante 17 años vi en emergencias. Los accidentes los tienen los otros. Si hubieran visto tantos muertos como he visto yo se darían cuenta del alto valor que tiene la prevención. Y sí, está muy bien saber que si necesito a los bomberos sólo tengo que llamar al 112, pero cuánto mejor es limpiar el monte en invierno y dejar a los bomberos que se aburran en su parque en verano ¡Ah! Y sale sustancialmente más barato para el negocio y para la reputación.